jueves, 12 de septiembre de 2013

¿Que significa ser libres? “A un hombre no lo determina lo que le sucede, sino lo que hace con lo que le sucede”

¿Que significa ser libres?


“A un hombre no lo determina lo que le sucede, sino 
 lo que hace con lo que le sucede”

SER LIBRE 


La esencia del ser humano es la capacidad de dirigir la propia vida. Somos producto de la elección. Aunque los seres humanos somos seres biológicos, no estamos determinados por nuestros genes, como lo están los animales. Por ello el ser humano actúa, mientras que los animales reaccionan.
Esta facultad de elegir significa que no somos el producto de nuestro pasado o de nuestros genes; y tampoco somos el producto del trato que nos dispensan los demás. Es indudable que los genes y la cultura suelen ejercer una gran influencia pero no nos determinan. Nos determinamos a nosotros mismos por medio de nuestras elecciones.
Pero la facultad de elegir el rumbo de nuestra vida nos permite reinventarnos a nosotros mismos, cambiar nuestro futuro e influir con fuerza en el resto de la creación.
Podemos afirmar entonces que a una persona no la determina lo que le sucede, sino lo que hace con lo que le sucede.
Es cierto que nuestra conducta esta condicionada por el medio natural en el que vivimos, por nuestra naturaleza biológica y se encuentra siempre relacionada con otros seres humanos y con acciones realizadas por ellos. Todos nacemos en una familia determinada, en una región, en una época, y ése es el contexto en el que se desarrollan nuestras acciones. Pero en general, los condicionamientos no determinan nuestro actuar, es decir, no impiden que nuestra acción sea libre.
Pero en realidad ser libres no es vivir sin condicionamientos. Sino ser capaces de responder de un modo u otro a esa condiciones. No elegimos los hechos que nos suceden (las condiciones) , pero depende de nosotros como respondemos a ellos (nuestro comportamiento, nuestro modo de actuar).
Fernando Savater dice al respecto: “No somos libres de elegir lo que nos pasa (haber nacido tal día, de tales padres y en tal país)….., sino libres para responder a lo que nos pasa de tal o cual modo (obedecer o rebelarnos, ser prudentes o temerarios, vengativos o resignados)…..”. (Etica para Amador. Buenos Aires, Ariel, 1991).
Por ello, el hecho de que nuestros actos sean libres no significa que podamos hacer cualquier cosa en cualquier momento. Siempre actuamos dentro de ciertas circunstancias y elegimos entre opciones que se nos presentan.
Somos libres de elegir la respuesta adecuada y que nos es mas convenente. 
Sin duda nos ocurren cosas ante las que no tenemos elección. Una de ellas sería nuestra dotación genética. Pero aunque no elegimos nuestros genes, tenemos la facultad de elegir como responde a ellos.
Entre un estimulo y la respuesta hay un espacio. En ese espacio reside nuestra libertad y nuestra facultad para elegir la respuesta. Y en esas elecciones residen nuestro crecimiento y nuestra felicidad.
El tamaño de ese espacio esta determinado básicamente por nuestra herencia genética o biológica y por nuestra educación y nuestras circunstancias actuales.
Para muchas personas que han creído en un entorno lleno de cariño y de apoyo, este espacio puede ser muy grande. Para otras puede ser muy pequeño a causa de diversas influencia genéticas y ambientales. Pero lo esencia es que sigue habiendo un espacio y que en el uso de ese espacio es donde existe la oportunidad de ampliarlo.
No obstante, algunas personas que tienen un espacio muy grande, cuando se enfrentan a unas circunstancias adversas pueden optar por derrumbarse y ceder, reduciendo el espacio entre estímulo y respuesta y poco a poco se convierten mas en el resultado de sus condiciones que de sus decisiones.
Otras con un espacio  pequeño pueden luchar contra poderosas fuerzas genéticas, sociales y culturales y ver que su libertad se expande, que su crecimiento se acelera, que su alegría se hace mas profunda.
El hecho de no reparar en que poseemos ese espacio anula nuestra capacidad para cambiar. Y en cambio, tomar conciencia de nuestra libertar y de nuestra facultad para elegir nos reafirma porque excita nuestra sensación de posibilidad y de potencial para cambiar, y para ser mejores, y felices.
A su vez, debemos tener presente que tomar conciencia de que siempre podemos elegir, puede causar temor. De repente, nos enfrentamos a la responsabilidad, es decir a la capacidad de responder. Y si hasta ahora nos hemos protegido achacando nuestra situación y nuestros problemas a unas circunstancias pasadas o presentes, a los demás, a lo que dicen de nosotros, etc., ahora no tenemos excusa.

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